
En palabras de Armando Tejeda: “J. M. Coetzee es un escritor que cuenta historias en las que, sin concesiones a la corrección social, exprime las palabras para hablarnos de la Historia -con mayúsculas- de nuestra civilización. Es un hombre desgastado por las reiterativas hecatombes de nuestro tiempo, por el absurdo derrame diario de nuestras sangre, pero también iluminado por las sonatas más sublimes y terribles, esas que siempre tienden a extraviarse entre el dolor y la devastación que nos acechan a diario.”
Para terminar un parafo de una de las novelas que más he disfrutado de Coetzee :
"Puede que en mi excavación sólo haya escarbado la superficie. Puede que a tres metros bajo tierra se encuentren las ruinas de otro fuero, arrasado por los bárbaros, habitado por los huesos de un pueblo que creyó que estaría a salvo entre altas murallas. Puede que cuando piso el suelo del Juzgado, si eso es lo que es, tenga bajo mis pies la cabeza de un magistrado como yo, otro sirviente canoso de un Imperio que, enfrentado finalmente al bárbaro, sucumbió en el terreno de su jurisdicción.Pero es el reconocimiento de lo aleatorio de mi malestar, de su dependencia de un niño que un día gimotea bajo mi ventana y al otro está muerto, lo que despierta en mí la vergüenza más profunda, la indiferencia más grande ante la destrucción. En cierto modo, sé demasiado; y una vez que uno se ve infectado de este saber no parece haber recuperación posible. Nunca debí haber cogido el farol para ver lo que estaba pasando en la barraca junto al granero. Por otro lado, no me era posible dejar el farol después de haberlo cogido. El nudo se enreda en sí mismo; no puedo deshacerlo".
"Esperando a los bárbaros"
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