El crepúsculo del mundo- Werner Herzog
La
increíble historia del soldado japonés que jamás se rindió (porque no sabía que
la Segunda Guerra Mundial había acabado). Es
una historia muy curiosa que enseguida llamó mi atención. A lo largo del libro,
el autor, que tuvo ocasión de conocer en persona a Onoda, nos relata los
acontecimientos que le llevaron a pasar tantos años en la selva, así como de
qué manera logró sobrevivir.
Si bien el estilo narrativo no es nada fuera de lo común, la historia es tan
increíble que lo compensa con creces.
Werner Herzog (1942) creció en un remoto pueblo de montaña en Baviera. De niño nunca fue al cine, no tenía televisión ni teléfono. En 1961, cuando todavía estaba en secundaria, trabajó como soldador en el turno de noche para producir su primera película. Tenía diecinueve años. Desde entonces ha producido, escrito y dirigido más de cincuenta películas, entre ellas Aguirre, la cólera de Dios, El enigma de Gaspar Hauser y Grizzly Man. Vive en Los Ángeles, donde dirige una serie de seminarios de cine en los que no se imparte ningún tipo de enseñanza técnica, una escuela «para los que han viajado a pie, han mantenido el orden en un prostíbulo o han sido celadores en un asilo mental (...) en resumen, para los que tienen un sentido poético. Para los peregrinos. Para los que pueden contar un cuento a un niño de cuatro años y mantener su atención, para los que sienten un fuego en su interior». Cineasta genial y aventurero irredento, se fue a la selva amazónica a finales de la década de 1970, tardó un par de años en filmar su Fitzcarraldo (el tiempo que le tomó hacer pasar el barco por una montaña entre dos ríos), ganó el Premio al Mejor Director en Cannes en 1982.
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