Tres grandes joyas, Vicente Valero

En estos tiempos de pandemia y manipulación siempre tenemos la buena literatura, os presento un autor y tres pequeñas grandes joyas que he disfrutado estos días. ¡Qué gran autor he descubierto!




El arte de la fuga de Vicente Valero

Los tres relatos extensos que componen este bellísimo libro recrean, desde la ficción, tres episodios históricos singulares (no exentos de misterio y, por tanto, favorables a las hipótesis más arriesgadas) protagonizados por tres poetas míticos: San Juan de la Cruz, Friedrich Hölderlin y Fernando Pessoa.
En el primero de ellos se narran los últimos días y la muerte del místico de Ávila en el otoño de 1591 en un convento de Úbeda. En el segundo se siguen los pasos del poeta romántico en su larga caminata desde Burdeos (adonde había llegado sólo cinco meses antes para ocupar un puesto de preceptor) hasta Stuttgart, en la primavera de 1802. En el tercero se describe la noche (8 de marzo de 1914) en que el poeta portugués concibió al primero de sus famosos heterónimos, Alberto Caeiro. Aunque nacidos en épocas muy diferentes, estos tres autores tienen en común, además del altísimo nivel de sus obras, un mismo impulso vital y poético hacia una plenitud que sólo parece poder alcanzarse en territorios extremos (la muerte, la locura, el desdoblamiento) mediante formas de autosacrificio y traspasando fronteras: la frontera de la vida, en busca de la unidad trascendente y definitiva; la de la razón, que llevará a una sintaxis nueva que funde y celebre un mundo sagrado y perdido; y la de la identidad, que propiciará el nacimiento de una voz multiforme que armonice los contrarios. De esta manera, en los tres episodios recreados por Vicente Valero asistimos a tres «fugas»; fugas que aspiran, sin embargo, a una integración más alta y diferente.
Este tríptico, que parece escrito al lado del camino, ofrece una mirada ejemplar sobre la naturaleza y las «pequeñas cosas» que conforman el mundo; al mismo tiempo que, desde una gran verdad no sólo literaria, se acerca a los anhelos, miedos y aparentes locuras de los hombres de cualquier época.


Las transiciones de Vicente Valero


Esta es una novela melancólica, y eso es una gran virtud. Vicente Valero tiene una prosa muy preciosa y preciosista, eligiendo siempre la palabra perfecta, que hace que la lectura sea tan sencilla y clara que el mensaje te atrapa desde el primer párrafo. Es un poeta que escribe prosa, y esto se nota.
Las transiciones hacen alusión al cambio que todas las personas experimentamos, y en este caso está relacionado con esa transición de la que siempre nos han hablado a los que no la vivimos prácticamente.
La trama se vuelve a situar en una isla, que aunque no cita expresamente, todos sabemos, tratándose de Vicente Valero, que es Ibiza. Va cambiando desde el momento en el que el narrador – probablemente una ficción autobiográfica – y sus tres amigos vivieron su mayor momento de tensión en la adolescencia, su gran aventura, su gran peligro, y el momento en el que han de reunirse de nuevo por una tragedia largo tiempo esperada.
En este libro, como en el resto de su obra, Vicente Valero nos recuerda lo importante que es saber hablar de la memoria, del pasado, de la historia, de esos pequeños trazos de la vida que han hecho que somos lo que somos y que nos han formado y forjado.
Es un libro pausado, que se lee de un tirón, y que deja un poso melancólico pero con un gusto muy agradable.
Uno de los grandes aciertos del año, y uno de los escritores con más futuro.


Experiencia y Pobreza 
Walter Benjamin en Ibiza


Dos años decisivos en la vida de Benjamin, 1932 y 1933, estuvieron vinculados de un modo especial y hasta sorprendente, a la isla de Ibiza. Durante aquellos años, la trayectoria vital y literaria del escritor berlinés se vio afectada por una crisis de carácter personal. A su precaria situación económica y a su carencia de expectativas profesionales se sumó la irrupción de otra crisis, la de su propio país, con el ascenso del nazismo al poder. Como muchos otros, Benjamin se vio obligado a salir de Alemania; en su caso, para no volver jamás. Por lo general, esta página ibicenca de su trayectoria suele pasarse con bastante rapidez, a pesar de que en ella dejó escritos algunos de sus textos más lúcidos y apuntó motivos y situaciones que se convertirían en temas prioritarios de su reflexión.

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